15 de septiembre, Copenhague. En esta carrera, por primera vez en casi 4 años, no correría mirando mi ritmo y pulso, controlando cada variable a la perfección y sin descuidos. Buscando mejorar mi marca personal, quedando el objetivo de cruzar la meta relegado a un segundo plano, siendo un poco más ambicioso, una característica que me define a la perfección. En esta ocasión el objetivo de cruzar la meta era obvio pero tampoco era el principal. Mis piernas, mi cabeza y todo mi cuerpo llevaban entrenamiento más que de sobra para poder correr 21km a un ritmo cómodo. Por tanto, debido a la excepcional y afortunada situación en que me encontraba, podía permitirme hacer en la carrera en 5,10 o 15 minutos más pero no podía permitirme no disfrutar, así que esa era mi meta. Tras levantarme la mañana de la carrera y desayunar, empezaron a aparecer algunos temores de que hubiera problemas durante el esfuerzo ya que los días previos a la competición apenas había respetado las reglas "básicas" a seguir la semana previa a una carrera. Esto es, dormir adecuadamente, comer correctamente, no estar expuesto al frío demasiado tiempo para evitar resfriados, entrenar al menos 3 veces suavemente durante la semana… Nada de eso cumplí, básicamente por estar de viaje con amigos. Todos sabemos lo que suponen esos viajes. Aun así me encontraba bien, pero los miedos estaban ahí. Sin embargo, una vez que salí del hotel y me dirigí a la línea de salida descubrí el que sería mi verdadero enemigo toda la carrera: el clima. Sabía que la temperatura sería menor de la esperada en España en el mes de septiembre, pero no esperaba dos auténticas dificultades: el viento y la lluvia. El clima hizo que mi cuerpo invirtiera casi más energía en mantenerme caliente y espabilado que en el propio ejercicio de correr. Esto hizo que mis fuerzas se fueran agotando rápidamente a pesar del relajado ritmo que llevaba (5:30/km), lejos de mi marca personal actual. Tal fue el desgaste que decidí tomarme el gel 3 km antes de lo previsto, en el km 12. Los primeros kilómetros pasaron rápido con el único impedimento de la lluvia y el viento en la cara, lo cual nunca es agradable. En el km 12 me tomé el gel por miedo a tomarlo demasiado tarde y no recuperar las fuerzas y tuve impulso hasta el km 17. Además el ánimo de las decenas de miles de personas en la calle, los muchos y muy buenos puestos de animación consiguieron que mi cabeza olvidara la fatiga y el frío. Sin embargo en el km 17, sin más puestos de avituallamiento y el gel ya en los tobillos, llegué al momento más duro de la carrera. Es ese momento al que a mi me gusta llamar la "auténtica carrera", porque cuando todo va bien cualquiera se anima a hacer algo de deporte, pero cuando estás casi vacío de fuerzas y tu cuerpo solo quiere parar, en ese instante comienza el auténtico desafío. Lo que está vez me dio fuerzas para seguir adelante fue pensar en la inmensa alegría que me llevé al saber que la carrera me coincidía con el viaje e iba a poder correr un medio maratón en Copenhague. Iba a dar el primer paso de mi sueño de poder disfrutar del deporte por todo el mundo. Recordando esa felicidad y la ilusión con la que estuve entrenando todo el verano para la carrera me dije a mi mismo: no amigo no, no estamos aquí para rendirnos por un poco de fatiga y de frío, NO SERÁ HOY ESE DÍA. Asi que aparté los malos pensamientos de una patada y seguí disfrutando cada zancada, como si fuera la última. Km 20, más puestos de animación, muchísimo público, la meta ya es mía. Me dedico a chocar la mano a todo el público que me la ofrece, en especial a los niños llenos de ilusión que habían salido a animar, porque todos aquellos que a pesar de la lluvia y el frío salen a darte ánimos son otro motivo para no tirar la toalla. Me encamino a la recta final, ya veo los lanzallamas de la meta, lo había conseguido. Saco la bandera española de mi pantalón y la hondeo al cruzar el crono. Otra medalla para la colección y lo más importante, una experiencia que nadie me puede arrebatar, se viene conmigo a la tumba. Porque tal y como dicen, a la tumba hay que llegar reventado, si es haciendo lo que amamos.
@hotmail.com>@gmail.com>